Convocados por Fernando Ruiz, nos reunimos un montón de apasionados del deporte para vivir dos semanas olímpicas inolvidables en Eurosport y Max. Aquí os lo cuento.
No sé vosotros pero para mí los Juegos Olímpicos es el evento más importante que hay en el mundo. La reunión de culturas, de ilusiones, de trabajo, de entusiasmo y pasión no tiene parangón alguno. No hay evento que aglutine al planeta en un espacio geográfico y temporal tan estrecho. Por eso mi gran sueño siempre fue vivir la experiencia olímpica. Gracias a la confianza de Fernando Ruiz como director de deportes de Warner Bross Discovery en España y a todo el equipo de Eurosport y Max, acabo de terminar la narración de mis segundos Juegos y han sido verdaderamente especiales. En París se ha juntado todo: la vuelta del público, los horarios europeos, la mayor expedición española y un montón de compañeros de enorme talento en cada una de las áreas que conforman una monstruosa producción como es esta.
Coordinándo toda la fase logística y producción de los que nos quedamos en Madrid estaba, está y estará Nuria Aranda, ángel de la guarda de todos y con un espíritu siempre colaborativo difícil de encontrar. Para lo tecnológico Laura Martín a quien da gusto ver siempre con la sonrisa puesta pese al cansancio acumulado de horas de trabajo. Ver a las dos por los pasillos es un lujazo porque irradian buen ambiente. Y con el diseño de contenidos y coordinación realizado por Fernando Ruiz empezábamos cada uno nuestra labor. La mía tenía que ver con dos deportes que he narrado, practicado y amo como el fútbol y el baloncesto. Si añado el tenis, es mi triplete de deportes desde que era un niño. Pero esta edición iba a tener algo más. Siempre recuerdo mis clases en la Universidad en la que dedicamos una sesión con los alumnos a los Juegos Olímpicos. Les hago narrar todos y cada uno de los deportes, por extraños que les resulten, porque han de estar preparados para oportunidades que surgen cuando menos te lo esperas. Y así me pasó a mí con el voleibol y el waterpolo. Como friqui que soy de los Juegos, crecí saltando del sofá con Rafa Pascual y Manel Estiarte. ¡Quién me iba a decir a mí que unos años después tendría a Rafa sentado a mi lado como analista de los partidos de volei en el canal 9 de Eurosport! Ha sido un verdadero lujo conocerle, escucharle y aprender. Sí, lo confieso, hay amigos que me han pedido autógrafos suyos y he tenido que cumplir. Siempre solícito y dispuesto como él dice a que "no se puede negar un autógrafo a nadie, no cuesta nada hacer feliz a la gente". Un gran tipo Rafa.
Y por el camino llegó el regalo del waterpolo. Siempre me llamó la atención ese deporte. Tenía compañeros en Barcelona que lo jugaban y me contaban muchas cosas. Era y es un deporte estético, vibrante, pleno de potencia a la par que elegancia. Nunca pensé que llegaría la oportunidad de narrarlo y mucho menos de que el camino tendría reservada una historia inolvidable. He sido un privilegiado narrando clásicos, finales de Champions y otros eventos deportivos, pero el oro olímpico de las chicas de waterpolo lo voy a dejar guardado en un lugar muy especial. Más aún por haber conocido a la Mamba de Ébano, Fran Fernández, que me ha acompañado, ayudado desde el primer partido con su calidad humana para contarlo de la manera que todos los amantes de este noble deporte merecen. Han sido muchas horas de preparación, de ver partidos, de documentación, es imprescindible respetar al deporte que vas a contar y eso exige sacar lo mejor de ti. A otros les corresponde valorar el resultado, estamos muy contentos con el feedback, pero solo puedo asegurar que lo he dado todo y que lo he disfrutado como un niño. Y que a Fran me lo llevo porque es una persona excepcional, de enorme y bonita sensibilidad.
También con Virginia Torrecilla a quien conocí en las cabinas de Eurosport para seguir las aventuras de las campeonas del mundo. Puedo asegurar que lo vivía y sufría como la primera de las jugadoras, no fue el final que esperábamos pero pasamos buenos ratos juntos y me quedo con eso y con el seguimiento que los partidos han tenido gracias a los que nos habéis elegido. No me olvido de la compañía de Rubén Fernández, coincidimos en el partido de Brasil (aunque ya lo habíamos hecho muchas veces antes), y su amplia capacidad y conocimiento para explicar el fútbol y lo que quiera realmente porque es capaz de hacer lo que él quiera. También coincidí en el fútbol masculino con el gran Rodrigo Errasti, que siempre pone templanza, sabiduría y como compañero no puede ser mejor. Igual que Don Antonio Rodríguez, lo pasamos muy bien con el baloncesto. Ya nos conocemos desde hace mucho y compartimos pasión por este maravilloso deporte que seguiré disfrutando esta temporada.
Han sido muchos partidos, muchas cabinas y muchos compañeros a los que me he ido encontrando por la redacción y los pasillos. Desde Piti Hurtado y su famosa tablet transmitiendo conocimiento por las esquinas, a Cristian Toro entregando toda su pasión desbordante en las cabinas, la buena vibra de Joseja Hombrados, las notas preparadísimas de Elena, las charlas entre partidos con el amigo Chema de Lucas, los entretiempos con Carlos Sánchez Blas deseándonos mutuo disfrute narrador. Hay periodistas muy buenos en la casa. Poyán siempre te alegra el día con genuinas reflexiones que solo pueden ser suyas :), Corral volviendo de París nunca pierde su saber estar y su humildad, Luis Jiménez te regala una sonrisa característica en el segundo que te lo cruzas, Paco Trapero no duda en echarte una mano si la necesitas y a Murciego le he podido ver poco pero lo suficiente para alegrarme por verle triunfar. Con Alix sí hemos tenido más debates cabina va cabina viene. Siempre se aprende con él. En fin, un montón de excelentes compañeros reunidos en nuestra pequeña villa olímpica periodística. También pasamos por los programas de Miguel Ángel Méndez que tenía siempre su foco periodístico preparado para ver dónde estaba el momento que contar y captar. Quiero hacer especial hincapié en los técnicos. No se les ve pero son más importantes que nadie y da gusto el buen rollo que desprenden. Les debo una disculpa. Sé que he reventado los vúmetros y ya no me podían bajar más. Sorry, el entusiasmo ya tú sabes. Dejo para el final, porque ya les conocía y porque son especiales para mí, al profe Manel Berdonce y a Dori Ruano. A Manel le conocí en su Boxing Studio donde aprendí a 'intentar' boxear y sobre todo aprendí de la vida. En ese momento lo necesitaba especialmente y por eso a Manel lo tengo en un pedestal, es un tipo 'en categoría' muy bien acompañado por el entusiasmo y alegría que transmite Jorge Lera. Y Dori es mi paisana, mi charra. Tuvimos tiempo para ir a cenar los últimos días y charlar de nuestra Salamanca a la que tanto queremos.
En fin, una aventura maravillosa con un oro olímpico narrado que me sabe a gloria. Jamás olvidaré a esas chicas del waterpolo a las que intenté hacer justicia aunque no es fácil, son orgullo de España. Espero algún día poder cumplir el sueño periodístico que me falta, vivir unos Juegos in situ. Si no es como periodista, que sea como aficionado. Igualmente me sigo considerando un privilegiado, transmitir las hazañas de nuestros deportistas a tanta gente es un honor que espero haber respetado. Desde luego puedo asegurar que esta experiencia olímpica para mí ha sido de oro puro.